La intervención ante la Corte Interamericana tiene el propósito de exponer las consecuencias de la crisis climática en diversas comunidades de Honduras que dependen de la producción agrícola familiar y la pesca artesanal para la subsistencia y han visto afectado sus modos de vida por tal fenómeno.

 

Contexto geográfico: Centroamérica es una región particularmente vulnerable a fenómenos extremos como sequías, huracanes e inundaciones, las cuales se recrudecen por el cambio climático. El corredor seco de Centroamérica, que abarca desde México hasta Costa Rica y el Arco Seco de Panamá, se destaca por ecosistemas con baja precipitación y alta vulnerabilidad a eventos climáticos extremos. Así, en la zona se experimentan largos periodos de sequía seguidos de intensas lluvias, afectando considerablemente los medios de vida y la seguridad alimentaria local. El cambio climático perturba estos ciclos naturales y profundiza fenómenos meteorológicos como El Niño y La Niña.

 

Vulnerabilidad climática: La vulnerabilidad al cambio climático en el corredor seco centroamericano es multidimensional, influenciada tanto por factores biofísicos como por la capacidad de adaptación de la población. La mayoría de los habitantes de esta región dependen de la agricultura de subsistencia y la pesca artesanal, actividades afectadas por eventos climáticos extremos que aumentan la inseguridad alimentaria y nutricional. La población del corredor seco carece de capacidades suficientes para contener o adaptarse a los efectos del cambio climático.

 

Afectaciones del cambio climático en comunidades y territorios: La pérdida de cosechas y el daño grave a los medios de vida de quienes se dedican a la pesca, dificultan la satisfacción de necesidades básicas, exacerbando la pobreza y las desigualdades preexistentes. Lo anterior ha generado desplazamientos y violaciones a los derechos humanos. 

 

Derechos humanos afectados por el cambio climático en las comunidades que dependen de la agricultura y la pesca: Los Estados tienen la responsabilidad de abordar problemas climáticos globalmente, considerando las diferencias en capacidad y contribución histórica a la crisis climática. En el Protocolo de San Salvador se establece la obligación de adoptar todas las medidas necesarias para asegurar la dignidad humana, tanto a nivel interno como mediante cooperación internacional, garantizando progresivamente la plena efectividad de los derechos. Las violaciones que se registran en esta región están asociadas con el derecho a la vida, a un ambiente sano, a la salud, a la vivienda digna, a la migración y a alimentación y nutrición adecuada

 

Respuestas locales de adaptación: Las comunidades vulnerables han desplegado estrategias de migración y reubicación planificadas, así como la adaptación de la infraestructura existente para hacer frente a los desafíos climáticos. Entre otras, han efectuado actividades de adaptación como la utilización de agricultura ecológica (diversificación de cultivos, rotación de cultivos, agricultura de conservación y agroforestería, entre otros) y la reserva de semillas.

 

Medidas adaptativas para las zonas costeras: registran estrategias para asegurar la sostenibilidad y acceso a recursos pesqueros, promoviendo prácticas agrícolas sostenibles, diversificación de actividades productivas, creación de mercados comunitarios, y programas de emergencia y seguridad alimentaria en comunidades costeras. Respecto de la seguridad hídrica, señalan la importancia de concebir un sistema integral de información y gestión hídrica a nivel municipal y comunitario, con participación comunitaria, para abordar los impactos del cambio climático. También medidas para la protección y conservación de ecosistemas, el desarrollo económico local y humano.

 

Recomendaciones: La AHCC recomienda activar el mecanismo de pérdidas y daños del Acuerdo de París para compensar los impactos irreparables del cambio climático, centrando la atención en comunidades agrícolas y de pesca artesanal de subsistencia. Sugiere abordar pérdidas como la de cosechas y daños en la pesca, y aboga por la justicia climática, garantizando un apoyo equitativo. Además, propone políticas para combatir el hambre, promover la producción sostenible, fortalecer el tejido social, establecer el derecho a la alimentación, crear un mecanismo nacional de pérdidas y daños, y reconocer la migración como derecho humano. También destaca la protección de semillas y la inclusión de líderes étnicos y de género en la planificación climática.

 

 

Organización que suscribe: 

• Alianza Hondureña contra la Cambio Climático (AHCC)